Morir es un proceso natural, parte de la vida que no se puede eludir; por lo menos el ser humano no ha encontrado aún la forma de hacerlo. Sin embargo, nos cuesta aceptar la muerte, tanto la propia como de algún ser querido. Vivimos pensando que nunca partiremos, pero… ¿Qué pasa si un día descubrimos que estamos muriendo, será posible aprender a morir?

Puede que tengamos una enfermedad o algún acontecimiento nos haga darnos cuenta que un día más es un día menos. Sería posible entonces aprender a morir de la misma forma en que nos enseñan a vivir?

Esta cuestión, nos lleva a reflexionar, a reconciliarnos con la vida para dejar de sentir miedo a la muerte. Es que muchas veces desperdiciamos el tiempo de vida, empeñados en creer que viviremos para siempre y no es así, pero nadie nos enseña a morir, nadie nos dice que la muerte es segura y no debemos temerle.

En éstas líneas quiero invitarte a soltar, a que seamos conscientes que en cualquier momento podemos faltar, y no se trata de todo lo que puedas acumular en el camino, sino de todo lo que puedas disfrutar, del amor que puedas sentir, de las sonrisas que puedas regalar, de vivir en paz y elegir como quieres ser recordado.

La muerte en Occidente y Oriente

En occidente a raíz de la religión cristiana y otras parecidas, se concibe la muerte como un castigo, por haber desobedecido el mandato de DIOS. Y todo castigo lleva intrínseco connotaciones negativas. Es por ello que la muerte nos aterra, el no saber qué pasará con nosotros una vez abandonemos el mundo.

Por otro lado, la cultura occidental, plantea una vida eterna, lo que pudiera ser algo positivo, pero resulta que no lo es porque se le aplica la condición de haber llevado una vida «intachable» y ese concepto es bastante subjetivos de acuerdo a quien juzgue. Así que una vida virtuosa es prácticamente imposible porque todos cometemos errores a lo largo de la vida, con lo que la vida eterna se escapa de nuestras manos dejándonos el temor al fuego eterno.

Ese es un enfoque, en cambio en oriente, al otro lado del mundo, la muerte es concebida como una transición, un cambio de plano o una transformación. Es algo natural y nada tiene que ver con un castigo eterno. Incluso existen rituales de paso que no están cargados de dolor ni sufrimiento, sino de aceptación, de entrega.

Dos caras de una misma moneda que nos hace pensar en quien tiene la razón, y si todo es blanco o negro. Sea como sea la muerte está ahí como un hecho real, y depende de ti sufrirla, temerle o aceptarla como algo natural, reconciliarte con lo inevitable. Será entonces posible aprender a morir? cuando ya sabemos que la muerte es algo inevitable.

Imagen de James Chan en Pixabay

¿Es Posible Aprender a Morir?

A veces la vida te sorprende con acontecimientos que te sacan de tu eje, como por ejemplo una enfermedad terminal, un accidente, alguna experiencia cercana a la muerte, entonces tomamos conciencia. En esas situaciones nos podemos plantear la cuestión… ¿Es posible aprender a morir? ¿puedo vivir mejor?

La respuesta a las dos es SI, es posible. El gran secreto de morir tranquilos, es haber vivido bien. Te preguntarás ¿a qué me refiero con vivir bien?. Vivir bien, plenamente, en paz, etc, significa dejar a un lado tus miedos y seguir tu intuición. Conocerte a ti mismo, descubrir tu propósito e ir tras de él, disfrutando lo que haces, sanando las heridas que surjan y reconciliándote con lo que eres.

Por supuesto, cometerás errores, tendrás problemas, no siempre te irá bien, pero vivirás abierto al aprendizaje, con el corazón rebosante de amor, sabiendo que nada dura para siempre.

Todo eso suena muy bonito, pero te preguntarás, en la práctica, ¿Qué puedo hacer para vivir bien?. Pues, podemos trabajar algunos aspectos que nos permitirán vivir una mejor vida y por ende aceptar la muerte más tranquilamente; porque a pesar de ser una conclusión natural de la vida, la muerte nos resulta repulsiva y antipática. El desarrollo de estos aspectos, pueden conducirte a un mejor entendimiento de todo y a alcanzar un grado de satisfacción más elevado que te permita irte de éste plano sin tanto sufrimiento; estos aspectos son:

-Aprender a Dar

-Aprender a Recibir

-Desapegarnos

-Respetar nuestro cuerpo

-Soñar-Correr riesgos

-Aprender a amar

Aprender a Dar

Como seres sociables, dar a otros es una experiencia que nos hace felices. Sin embargo, a veces nos cuesta. Abrirnos a otros nos hace sentir vulnerables, pensamos que dar se puede convertir en una debilidad, una forma para que la gente se aproveche de nosotros. La verdad es que darnos a otro trae más beneficios que pérdidas, siempre y cuando lo hagamos desde el amor, con prudencia y con respeto tanto a nosotros mismos como a los demás. Piensa qué bonito se siente cuando sonríes a alguien y te es devuelto ese gesto de sonreír, es increíble como algo tan pequeño puede reiniciar tu día entero. Escucha tu corazón, no te cierres a los demás y sabrás cuándo y cuánto dar…

Aprender a Recibir

Saber recibir es tan importante como dar. Creemos que recibir implica ser menos, o estar en una posición de desventaja. Mucho más en la mecánica actual de las relaciones, donde el control se ha vuelto algo muy importante, el que recibe resulta ser el «controlado». Es por ello, que tememos recibir, no vaya a ser después que debamos dar. Es importante deshacerse de esas percepciones con el fin de ser más libres; la vida es un ir y venir, a veces damos y a veces recibimos. No debe ser motivo de vergüenza necesitar de los demás. Por el contrario, una persona que recibe, ha entendido que por algo vivimos en sociedad, nos necesitamos los unos a los otros y eso no nos hace menos de ninguna manera.

Desapegarnos

Este es de los más difíciles, la causa de muchos sufrimientos. El apego es la manera que tenemos de sentirnos seguros, protegidos, en control. Nos apegamos a personas, lugares, identidades, formas de vida, etc. Por eso cuando viene un cambio o un desprendimiento de algo se vuelve una catástrofe. Hay algo que no debemos olvidar nunca, y es precisamente que nada es eterno, todos moriremos en algún momento, entonces disfruta pero no te aferres. Ama pero no intentes retener, vive y deja vivir. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, vivimos en un mundo mucha veces duro, aferrarse a algo o alguien resulta reconfortante; y quizás lo sea en un principio pero con el tiempo se convierte en una cuerda que te ata. Intenta vivir sin ataduras, con la plena conciencia que todo es pasajero, no por eso vas a dejar de disfrutarlo, al contrario, lo vivirás con más ganas.

Respetar nuestro cuerpo

El cuerpo humano es realmente un milagro, algo increíble y valioso que damos por sentado. El poder oír, hablar, ver, pensar, movernos, etc. Es de las cosas más maravillosas del universo. Pero la sociedad en la que vivimos, con sus normas, con sus modas, con todos sus complejos ponen difícil apreciar el milagro. Únicamente cuando perdemos alguna facultad, cuando enfermamos o sucede alguna otra situación relacionada, es que empezamos a valorar nuestro cuerpo. Respetar el vehículo que nos permite vivir la experiencia de Ser humanos es fundamental para una buena vida. Y que significa respetarlo? Quiere decir que debemos amar nuestro cuerpo, claro sin caer en extremos; simplemente aceptando como somos, procurando no dañarlo, escucharlo, conectarnos con él. La apariencia exterior es importante pero no debe ser motivo de obsesión, la salud debe ser primero que la vanidad, no olvides sin el cuerpo no puedes vivir, trátalo bien.

Soñar-Correr riesgos

La vida debe tener un sentido, un propósito. Cuando no lo tiene, caemos en depresión o en conductas perjudiciales. Soñar nos da muchas veces el propósito que necesitamos para esforzarnos, arriesgarnos, ser mejores y entregar al mundo nuestros dones. Nunca es tarde para soñar, y menos para hacer realidad esos sueños. La vida con una dirección definida se hace más llevadera, los obstáculos representan retos para alcanzar nuestras metas, por lo cual afrontarlos es necesario y enriquecedor.

Aprender a amar

Está de último pero es realmente el primero. Para mi el amor es la fuerza que mueve al mundo. No me refiero al amor romántico, sino al amor como verbo. Esa energía que nos mueve a realizar los actos más conmovedores, nobles y delicados del mundo. Amar es el ingrediente principal de una buena vida, es lo que amalgama y da sentido total a la existencia. La persona que vive amando no tiene temor a la muerte, sabe que ésta vendrá y no huye, porque no tiene reproches. Claro que todos pasamos por malas situaciones, pero si las miras bajo la lupa del amor, quizás las puedas transformar en aprendizajes, en experiencias, anécdotas que tal vez con el tiempo hasta te hagan reír.

Conclusión

Morir es la conclusión natural de la vida, muchos dicen que es el precio de vivir. No la teme quienes procuran vivir bien, sin aferrarse, superando obstáculos, venciendo miedos, disfrutando y aprendiendo de las mieles y las hieles que implica la existencia humana.

Sólo cuando te reconcilias con lo que eres, dejas de regirte por los parámetros de los demás, y miras hacía adentro, comienzas a vivir una vida más plena, que te prepara para una muerte digna, a la que le dices que nadie te quita lo bailao. Ama, disfruta, vive, reconcíliate con la muerte y has que tu vida sea una experiencia inolvidable. Cuando venga la muerte no te encontrará con reproches ni arrepentimientos sino con una gran sonrisa.


Antonio · marzo 14, 2022 a las 2:22 pm

Muy buen artículo para reflexionar!

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