La muerte sigue siendo hoy en día un tema tabú, a pesar del desarrollo tecnológico, económico y social, el ser humano sigue siendo frágil ante la naturaleza y sus leyes. Ahora mismo, frente a la pandemia del Covid-19, hemos descubierto lo tenue que puede ser la vida; y es algo que nos asusta. Nos asusta saber que sin importar el nivel económico, la raza, el color de piel, la religión, la bondad o la maldad, la muerte nos toca a todos por igual. Entonces, ¿qué podemos hacer ante éste escenario? ¿cómo podemos superar el miedo a la muerte? empecemos por el principio.

¿Qué es la muerte?

La muerte no es más que un proceso natural, el fin de un ciclo. Sin ahondar mucho en religión o filosofía, no sabemos a ciencia cierta el propósito de este mundo ni qué hay después de él. Al margen de las creencias que cada uno tenga, las cuales son válidas y necesarias para vivir, la vida se nos presenta como una de muchas incógnitas que aún no hemos podido comprender.

Entonces, la muerte es sólo una etapa más del ciclo natural. Sin embargo, nos cuesta aceptarla, nos cuesta entender que un día no estaremos y nuestros seres queridos tampoco, precisamente porque desconocemos lo que puede haber después de eso. Es el miedo a lo desconocido lo que nos impide ver a la muerte como parte de la vida, y a menudo nos empuja a vivir temerosos o enarbolando banderas de intrepidez peligrosas. 

La muerte
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La muerte en otras culturas

Para entender un poco más éste fenómeno natural, es conveniente revisar cómo se concibe la muerte en diferentes culturas y por qué a nosotros los occidentales se nos dificulta tanto verla como algo normal.

En muchas culturas orientales, la muerte no es el fin de la vida, sino un paso más. Los budistas por ejemplo, creen que al morir el alma reencarna en otro cuerpo para continuar su aprendizaje. Los hindúes creen que la vida es sólo una etapa para liberarse, para unirse a la eternidad y romper la rueda de nacimientos, es algo necesario. Para los africanos también es una transición morir, el paso al mundo espiritual, la posibilidad de volver a encarnarse o a cuidar desde otro plano a sus seres queridos. 

¿Qué sucede entonces en occidente? nosotros estamos influidos por las religión católica, cristiana, igual que los judíos y islámicos, la muerte se presenta como un castigo divino, producto de un pecado original cometido por nuestros antepasados. A excepción de México, donde la muerte se presenta como una fiesta, para la mayoría de los occidentales es un suceso trágico, malo y muy triste.

Nuestra cultura se basa en el apego, desde pequeños nos enseñan a aferrarnos a las personas y a los bienes materiales, por lo que no toleramos mucho las pérdidas. Tratamos de vivir en la ola de la vida, ignorando la muerte, pensando en vivir para siempre, en ser inmortales. Lamentablemente esto no es así, la naturaleza no los recuerda cada cierto tiempo y es necesario aceptarlo, hacer las pases con ésta idea para no sufrir demasiado, ni caer en depresiones profundas.

La muerte en otras culturas
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Cómo superar el miedo a la muerte

Ya hemos visto que vivimos en una cultura de apegos, de miedo a lo desconocido, de pensar que la muerte es un castigo y debemos huir de ella, ignorarla, hacer lo posible para escapar. No es fácil cambiar de pensamiento, sobretodo cuando nuestro sistema religioso hace hincapié en esas ideas. Sin embargo, es posible y necesario, poner luz en este proceso biológico, para afrontarlo sanamente, con esperanza, para no vivir temerosos ni acelerados. A continuación te presento algunas ideas para mirar a la muerte con otros ojos:

  • En necesario detenernos y aceptar que como seres humanos en un cuerpo físico no somos permanentes, algún día moriremos. 
  • Mira a tu alrededor, todo cambia constantemente, la naturaleza muere y renace todo el tiempo, comprendiendo esto podrás entender la muerte como parte de la vida.
  • El hecho de morir no debe ser motivo de angustia, sino una manera de valorar más la vida.
  • Independientemente de tus creencias religiosas, sea un castigo o no, no dejes que el miedo a morir te quite las ganas de vivir.
  • Elige cada día la vida, proponte vivir a plenitud sin precipitarte ni ponerte en peligro.
  • Expresa a tus seres queridos cuánto los amas, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, no sabemos cuándo se irán o cuándo te irás tú. 
  • Has las paces con tus debilidades, conócete, aprende, fluye con la vida, sólo viviendo podrás morir en paz.
  • Practica el desapego, no te aferres a nada, disfruta las cosas y a las personas sin pensar que te pertenecen. 
  • Da lo mejor de ti cada día, utiliza palabras positivas, trata de ver lo mejor de las cosas, medita, toma tiempo para ti.
  • Descubre tú propósito, indaga cuáles son tus dones y ponlos en uso, encontrando el propósito de tu vida, te sentirás satisfecho cuando mueras.

Cómo hacer a la muerte parte de la vida

Pues inevitablemente la muerte es parte de la vida, pero ¿cómo incorporo esa realidad a mi vida diaria? ¿cómo dejo de sentir miedo?. La respuesta es simple pero complicada, la verdad es que casi nunca dejamos de sentir miedo. Sin embargo, no debemos escondernos, no escondamos a nuestros hijos de la muerte, la muerte nos enseña el valor del tiempo. Enseñemos con ejemplos a vivir plenamente, seamos espontáneos, respetemos a la naturaleza, al mundo, a nosotros mismos. ¿Cómo? Procurando dejar de hacer cosas que no quieres, disfrutando cada etapa de tu vida por muy dura que pueda parecer; al final todo pasa, la vida también. Nunca volverás a ser más hermoso, inteligente o capaz de lo que eres ahora, es ese el verdadero secreto. 

La muerte siempre estará ahí, como lo único seguro de la vida, pero no dejes que te sorprenda sin haber vivido, sin haber reído, sin haber amado. Tus seres queridos se irán y seguramente te dolerá, pero si empiezas a ahora a construir recuerdos de calidad con ellos, no te arrepentirás cuando se vayan. No guardes rencores, perdona y perdónate, no pierdas el tiempo con cosas que no te edifican. La vida no es la meta, sino el proceso. Vive el ahora, es lo único que tenemos. 

Superar miedo a la muerte
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Conclusión

Quiero compartirles una historia, está en el libro de Leo Buscaglia «Vivir, amar y aprender», lo recomiendo ampliamente. Él relata que una mujer  le escribió contándole que le quedaban de 3 a 4 meses de vida a causa de una enfermedad terminal.

Ella no sabía qué hacer, pedía consejo para afrontar la difícil situación. Buscaglia le recomendó hacer algo, aprovechar el tiempo que tenía. Le escribió que fuera a un hospital de criaturas desahuciadas. La mujer hizo caso a su recomendación, cuando llegó los chicos le preguntaron lo que nadie se había atrevido ¿Tú también vas a morir?. Ella respondió que si, y ¿tienes miedo? preguntaron; ella volvió a responder que si. ¿Por qué tienes miedo si vas a ver  a DIOS? contestaron.

Es increíble que sea en DIOS o en cualquier otra Deidad, o cualquier cosa en la cual creamos, cuando llega la muerte olvidamos todo ello, gritamos y nos revelamos porque no queremos morir. La historia sigue con la reflexión del autor, dice que esos chicos la enseñaron a morir, una niña le preguntó si llevaría su muñeca; la magia de la niñez es que se sabe vivir en el presente. En cambio el adulto lleno de mil cosas por hacer y miles de expectativas por cumplir se olvida de vivir. Al final la mujer resolvió vivir plenamente el tiempo que le quedaba, reconociendo el poder de decidir cómo acabaría su vida, si deprimida clamando al cielo por la injusticia, o llena de gratitud por los episodios que aún podía experimentar.

Ésta es la conclusión final, no podemos hacer nada ante la muerte, pero tenemos la elección de vivir, de levantarnos cada día y hacer lo mejor posible. De elegir la alegría, el amor y la compasión. Claro habrá momentos malos, pero no dejes que sean esos momentos los que te definan. Procura ponerle color a tu vida y cuando te llegue la hora o alguno de tus seres queridos, aunque dolerá, suspirarás satisfecho por haber aprovechado el tiempo que tuviste.


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