Sentir envidia es bastante frecuente entre nosotros los humanos, si alguna vez la has sentido o la sientes ahora, no te sientas mal. Eres un persona normal, así que la envidia forma parte de tu condición mortal, sólo debes aprender la forma de lidiar con ella. En éste artículo te mostraré las 3 peores formas de lidiar con la envidia, así sabrás lo que NO debes hacer cuando la sientas! sigue leyendo. 

La Envidia

La envidia es un sentimiento muy común, la mayoría de las personas la han sentido alguna vez. Se manifiesta al sentir inferioridad frente a otras personas que tienen o han logrado las cosas que nosotros queremos. 

Según el diccionario diccionariofacil.org la envidia es:

Sentimiento de tristeza o enfado porque alguien tiene algo que nosotros no tenemos.

A menudo cuando sentimos envidia es porque estamos viendo afuera la vida ajena, no nos detenemos a pensar cuánto le costó a la otra persona estar donde está. Pensamos sin más, en lo injusta que es la vida porque otros consiguen lo que nosotros queremos. 

Siempre he pensado que al ser humano le resulta más fácil enfocarse en lo negativo, nos cuesta menos apagar la luz de otros que encender la propia. Y ese hecho realmente nos hace daño a nosotros mismos. 

En ese orden de ideas, la envidia nos daña, pero si sabemos sacarle provecho, es un sentimiento que nos sirve para que aprendamos a valorar los sacrificios de otros y tomemos decisiones con respecto a nuestra vida.

Es muy común pensar que cuando alguien logra algo es feliz, sobretodo cuando se trata de dinero. Sin embargo, no siempre es así, existen muchos ricos infelices, muchas personas «exitosas» que son desdichadas.

La felicidad es otra cosa, se trata más de valorar lo que posees, de saber que el mundo da muchas vueltas y es mejor disfrutar el ahora que soñar con lo que no tienes o con lo que otro tiene. 

Pero así somos, vivimos en muchos lugares menos en el presente, eso nos produce insatisfacción, porque cada quien tiene sus tiempos, y quizás estamos envidiando a alguien que nos lleva mucho recorrido por delante. 

De dónde viene la envidia

La envidia tiene su origen en la condición humana, somos luz y oscuridad. Éste es un sentimiento común que se ve magnificado por la cultura de lograr y lograr para ser aceptado en la sociedad y la proliferación de los medios de comunicación.

Nos han enseñado que debemos tener muchas cosas materiales y mostrarlas al público aunque por dentro seamos desdichados. Así que vivimos constantemente fingiendo y ocultando quienes somos realmente. 

Sentir envidia es propio de personas con baja autoestima, que se sienten inferiores o incapaces de lograr sus objetivos. Cuando dejamos que el miedo nos paralice o el conformismo no impida tomar acción, podemos volvernos envidiosos al observar cómo otros si pueden, se atreven y consiguen lo que nosotros no. Conoce más abajo las 3 peores formas de lidiar con la envidia. 

Consecuencias de la envidia

Como todo en el mundo, la envidia tiene consecuencias, éstas nos afectan principalmente a nosotros cuando fomentamos y persistimos en éste sentimiento. 

Una de las consecuencias más notables de la envidia es el deterioro de las relaciones interpersonales. Sentir envidia hacía alguien o algo que otra persona tiene y nosotros no, nos hace actuar muchas veces de manera desagradable. Podemos tratar de desestimar los logros de otros, minimizarlos, incluso ridiculizarlos en nuestro afán de sentirnos mejor. Con comentarios hirientes y actitudes poco amigables, poco a poco lograremos que las personas se alejen de nosotros. 

Por otra parte, la limitación en la propia creatividad es otra posible consecuencia de la envidia. Mientras estamos mirando y amargándonos por los logros de otros, olvidamos nuestras capacidades. Nos privamos a nosotros mismos de lograr las cosas que podríamos lograr si dejáramos de observar el exterior y comenzáramos a tomar acción, a expresar nuestra creatividad.

En el mismo orden de ideas, el poco desarrollo profesional y personal puede ser una consecuencia más de sentir envidia. Al enojarnos y desear lo que otros tienen nos olvidamos de nosotros mismos. Vivimos obsesionados con los logros de otros y no hacemos nada o muy poco por alcanzar algo realmente para nosotros. 

Otra consecuencia de sentir envidia es la aparición de problemas más profundos como la ansiedad, depresión, delirios, pensamientos destructivos, ira, entre otros. Cuando se cruzan barreras importantes como desear lo que otro tiene por intentar destruir a como de lugar el objeto de envidia, se puede acabar muy mal. En ese caso, buscar ayuda profesional sería lo mejor. Conoce más abajo cuales son las 3 peores formas del lidiar con la envidia.

Las tres peores formas de lidiar con la envidia

Hemos visto que la envidia es un sentimiento afín a la vida humana, la mayoría de las personas lo han sentido. Ahora te mostraré las 3 peores formas de lidiar con la envidia. Lo que no debes hacer si sospechas que sientes envidia por alguien o por algo. Sigue leyendo!

Compararse con los demás

Esto es un practica que no debemos adoptar en nuestra vida cotidiana. Mucho menos si detectamos algún sentimiento de envidia en nosotros. Compararnos siempre nos hará sentir como perdedores, siempre nos faltará algo que el otro tiene porque no solemos ser exactamente objetivos al evaluarnos. 

Si alguien ha logrado algo que queremos, en vez de compararte y pensar «por qué él (ella) y no yo. Piensa que todos somos distintos, tenemos tiempos y mecanismos diferentes para alcanzar las cosas. Empieza por averiguar tú de qué manera puedes alcanzar tus objetivos sin importar qué tiene o ha logrado el otro. 

En relación a ello, compararnos mata el amor, nunca serás igual a otros ni aunque lo intentes con todas tus fuerzas. Encuentra tus propias fortalezas, ámalas y úsalas para lograr tus objetivos. 

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Husmear constantemente en la vida ajena

Algo muy común en la actualidad, mucho más con el crecimiento de las redes sociales. A diario vemos pruebas de los logros de otros y su felicidad, con tan sólo abrir Instagram o revisar Facebook. 

Debes saber que la mayoría de las situaciones que nos muestran en estos medios no son reales. La gente se esfuerza por captar lo mejor, aunque no se sientan de lo «mejor»

Por eso, evita detenerte mucho tiempo en mirar la vida ajena, si no sientes admiración por lo observado, no sigas. Si detectas algún sentimiento de envidia, has una lista de las cosas que tienes, tus logros, y de los obstáculos vencidos. Así podrás volver un poco a la realidad y seguir luchando por lo que realmente quieres y no por los espejismos que sueles ver en los demás. 

«Observar constantemente la vida ajena tarde o temprano nos causará FRUSTRACIÓN»

Menospreciar los propios logros

La tercera de las tres peores formas de lidiar con la envidia, es menospreciar nuestros logros. Cuando sentimos envidia y vamos a ver qué hemos logrado nosotros, tendemos a desestimar lo alcanzado.  A pensar que es poco o no es suficiente para una buena vida. No se trata de conformarnos y paralizarnos porque otro tiene lo que anhelamos, sino de entender que envidiar no nos llevará a un lugar mejor.

Cada quien ha logrado cosas, muchas o pocas, pequeñas o grandes, que le han valido esfuerzos y quizás sacrificios. NINGÚN LOGRO es mejor o peor que otro. Todos vivimos retos y no existe punto de comparación sencillamente porque nadie es igual a nadie. 

La próxima vez que sientas envidia por alguien verifica si esa persona es mortal, si lo es, piensa que tú también puedes alcanzar lo que deseas (ojo no será de la misma forma ni bajo los mismos términos), porque has logrado metas antes, sólo necesitas un plan, acción y determinación, tres cosas que no conseguirás si te dedicas a revolcarte en la auto compasión y la envidia. 

Conclusión

Para finalizar, sabemos que nadie está exento de sentir envidia (a menos que no sea humano), y que no debemos avergonzarnos si alguna vez la hemos sentido. Tampoco debemos permitir a ese sentimiento crecer y adoptar las proporciones de un monstruo que nos hunda en su fangoso pantano.

Cada uno de nosotros tiene algo que dar un talento único (o varios), que requiere de esfuerzo y dedicación para poder crecer. No hagas fiestas de lástima, ni te revuelques en la envidia porque el único responsable de no obtener lo que quieres eres tú mismo. Bien sea porque no tomas acción, porque tienes miedo de luchar por tus sueños o porque no te has tomado el tiempo de conocer tus capacidades y limitaciones para con los pies bien plantados en la tierra, formular tus metas claramente.

Deja de mirar afuera en la vida ajena y comienza a observar tu interior, seguro encontrarás gratas sorpresas, talentos únicos y una riqueza interior esperando ser cultivada. Anímate a ir tras tus sueños!!

Categorías: Rincón del Alma

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